En Colombia, el departamento de Antioquia fue una región golpeada por la violencia durante varias décadas atrás, hoy la comunidad no se deja atemorizar por su pasado y busca ser ejemplo para Colombia y el mundo en reconciliación y resiliencia, cerrando el capítulo del dolor y la violencia, dando paso a un nuevo presente de paz y armonía, con el slogan «Medellín abraza su historia». En consecuencia, el 22 de febrero de 2019 se realizó la implosión del Edificio Mónaco, del cual era propietario el extinto narcoterrorista Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes más conocidos de Colombia, que causó terror en la sociedad. La destrucción de este inmueble tenía como fin crear un parque que represente el punto de quiebre entre lo que fue la ciudad durante esos años de dolor, zozobra y muerte y, en lo que se transformará a partir de este momento.

En este terreno se inauguró el «Parque Conmemorativo Inflexión«, el 20 de diciembre de 2019, donde Medellín rindió homenaje a más de 46.000 víctimas del narcoterrorismo, violencia que azotó la ciudad entre los años ochenta y el inicio del siglo XXI. El lugar es un espacio de reflexión y conmemoración para las víctimas, sus familias y los colombianos. Con la iniciativa se pretende transformar en espacios de vida, la memoria de sufrimiento de los antioqueños.

El sector será recorrido en tres momentos: esencia, inflexión y resiliencia. Inicialmente se visualiza el Camino de los Héroes, allí se exponen los mensajes de las víctimas que se enfrentaron al horror del narcotráfico y resalta valores como la honestidad, la sensatez y la justicia. En la inflexión, se encuentra un muro con 46.612 orificios que representan a las personas que fueron afectadas por este tipo de violencia. Aquí la ciudadanía se podrá interpolar con los hechos victimizantes y poner flores o velas en cada uno de ellos, como expresión de solidaridad con las víctimas y a su vez, transmitir el mensaje que no somos ajenos a estos hechos de conflictividad. La última parte del recorrido, muestra el renacer del dolor a través de la reconciliación mediante un bosque urbano que ejemplifica el nuevo aire de paz y perdón.
En medio de este espacio, la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP), emplazó el monumento «Edificadores de Paz», tributo a todas las víctimas en el conflicto armado colombiano, pero en especial, a aquellas que en su misión constitucional ofrendaron hasta su vida por un mejor país: los policías.
Por fin algo sensato, nos demoramos mucho tiempo los colombianos para darnos cuenta que ese edificio, que era sitio turístico era una burla para los hombres y mujeres que entregaron su vida, y que fueron masacrados por el bandido del Pablo Escobar.
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