Durante mucho tiempo los policías afectados y víctimas en el conflicto armado, así como sus propias familias, se encontraron en el anonimato, un tanto invisibles para la sociedad en general; sus historias se quedaron allí, adormiladas, suspendidas en el tiempo y silentes.
Pero sin importar las complejidades y realidades absurdas que este conflicto ha dejado, encontramos a hombres y mujeres que visten el verde oliva con orgullo, amor, hidalguía, honor, entre otras cualidades y calidades humanas que caracterizan a los integrantes de la Policía Nacional.
Con el más sincero respeto por ellos y sus familias, y con lo más honesto que puede albergar nuestro corazón, hemos plasmado esos y muchos otros sentimientos en un monumento que aunque no puede abarcar todas las vicisitudes que han sufrido nuestros héroes, ni puede resarcir el daño que recibieron, ni tampoco es capaz de devolverle a cada hombre y mujer policía su integridad física, ni puede tan siquiera pretenderlo; si es nuestro esfuerzo por darles un reconocimiento, por hacerlos visibles, por darle a cada una de esas historias un lugar en la memoria, por otorgarles una voz para hacerse sentir ante una sociedad un tanto sorda e implacable.
Ni aunando toda la capacidad institucional al servicio de las víctimas, lograríamos resarcir el dolor que han sufrido nuestros héroes junto a sus familias. Sin embargo, para dignificarlos, nuestro compromiso incondicional se ve reflejado en actos de conmemoración, jornadas de caracterización, siendo plasmados para las nuevas generaciones en diferentes símbolos y productos de Memoria Histórica Institucional como lo son: el libro “El Género del Coraje”, la cartilla orientadora, la caja de herramientas, el seminario virtual y el desarrollo de investigaciones académicas que propenden por la construcción de la memoria histórica y la atención a miembros de la institución víctimas en el conflicto armado interno.
Por eso trabajamos, sufrimos y acompañamos a nuestros héroes y sus familias como parte de nuestra institución, alzamos la voz para solidarizarnos con ellos, les reconocemos, les honramos y les hacemos un sentido homenaje.